Siempre hemos defendido el derecho a la vacunación, calificándolo al mismo tiempo como un deber y un acto solidario hacia quien quiere y no puede (por razones médicas exclusivamente), generando un escudo protector sobre ellos (como si fuera una guardia pretoriana).

En un mundo actual en donde resurgen viejas enfermedades controladas gracias a la vacunación, precisamente por no hacerlo, han cambiado drásticamente las perspectivas. Años de arduo trabajo, en riesgo de ser saboteados por los movimientos opuestos a la vacunación, en parte porque las estrategias de divulgación no han sido tan efectivas como debieran.

Por ello, las herramientas básicas pasan por la educación de las personas, comenzando por el equipo de salud - que no siempre predica con el ejemplo - desde el inicio de su carrera sanitaria. Pero, al mismo tiempo, en un nuevo paradigma, iniciar en el conocimiento de las vacunas a adultos, jóvenes y niños, para que en un futuro hablemos el mismo idioma en materia de prevención por vacunas.

En este sentido, en el Congreso de la Asociación Española de Vacunología (AEV), celebrado en octubre en Oviedo, España, el Dr. Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, expresó que “en su experiencia como docente, inicia todos los grados destacando la importancia de la promoción de la salud, de educar en todas las edades en la importancia que tiene la educación y prevención en salud, para incidir luego en la vacunación” (artículo completo).

Y en este punto debo hacer hincapíé en la Cátedra de Medicina de la Universidad Nacional del Sur, de la ciudad de Bahía Blanca (mi ciudad), Argentina; dónde este concepto está claro desde un principio en los docentes, y sus estudiantes saben de la importancia clave de este tipo de prevención.

Dr. Carlos Köhler

Contenido actualizado el November 20, 2019, 3:01 am