Nota del editor: Pasados 3 años de este aniversario y teniendo en cuenta el crecimiento de los movimientos antivacuna, es bueno periódicamente recordar a qué nos exponemos si dejamos de vacunar.

La imagen cruda, dura, de una niña con viruela (que afortunadamente sobrevivió) es el resultado de la evolución natural de la viruela, una enfermedad que asoló a la humanidad por milenios hasta la aparición de una vacuna que significó el inicio de una exitosa era de prevención a través de las inmunizaciones.

El éxito de la erradicación de la viruela es motivo de celebración en todo el mundo: este año se cumplen 35 años de su eliminación de la faz de la tierra. Apareció hace más de 3.000 años y fue una de las enfermedades más devastadoras del pasado.

La lucha contra la viruela comenzó en 1959, en el momento en que la OMS hizo de la erradicación su principal objetivo. El 8 de mayo de 1980, la XXXIII Asamblea de la OMS declaró la certificación de la erradicación de la viruela, primera y única enfermedad en desaparecer definitivamente (la poliomielitis se encuentra en rumbo de lograrlo). Desde esa fecha, no se ha presentado ni un solo caso. Si no se hubiese erradicado, en los últimos 25 años podría haber habido 300 millones de víctimas y unos 100 millones de muertes.

Este logro sanitario constituye el símbolo de la lucha contra las enfermedades inmunoprevenibles y bandera de quienes luchan y han luchado para conseguir más logros sanitarios y debiera ser la luz roja que advierta a aquellos descreidos o militantes en contra de la vacunación. La erradicación se alcanzó mediante programas internacionales de vacunación, vigilancia global de la enfermedad y sistemas de logística para la salud pública. Hoy, entidades oficiales, ONG y fundaciones, trabajan mancomunadamente para abaratar los costos de las vacunas y de la logística para su distribución y mantenimiento, que merecen la atención y apoyo de los gobiernos a nivel global.

Pero -siempre lo hay- tras la erradicación, el almacenamiento del virus de la viruela se restringió a dos laboratorios de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno en Estados Unidos y otro en Rusia, aunque una treintena de países conservan vacunas como prevención pero sin estrategias planificadas. Por ello, existe preocupación por la posibilidad de que grupos terroristas tengan acceso a los recursos de armas biológicas y a la experiencia con ellas. Por esta causa, los gobiernos de todo el mundo están evaluando de nuevo sus capacidades para hacer frente a la amenaza del resurgimiento de la viruela.

Esperemos que sigamos conmemorando este logro de la medicina sin tener que volver a la vacunación por culpa de la mano del hombre.

Dr. Carlos Köhler

19/10/2015

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Contenido actualizado el July 12, 2019, 1:20 am