Se ha hecho referencia al peligro que significa el acopio de cantidades desconocidas del virus productor de Viruela con fines militares, por parte de algunos países.

Es sabido que la Viruela como enfermedad, ha sido erradicada del planeta desde 1980 y el último caso salvaje se reportó en 1977. Esa erradicación se produjo por las masivas y sostenidas campañas de vacunación a nivel mundial. Ahora, pasados más de 20 años sin vacunar, una gran parte de la población mundial es susceptible a la enfermedad y se discute si los inmunizados en aquella época, son hoy inmunes.

También es sabido que existen depósitos de este virus en Atlanta (Centers for Disease Control and Prevention: CDC - EE.UU.) y Siberia (Russian State Center for Research on Virology and Biotechnology - Koltsovo, Rusia), con fines de "investigación". Algunos países en desarrollo, teniendo en cuenta que podrían ser usadas como arma bacteriológica, habían solicitado a la OMS la destrucción de tales reservas de virus Viruela (smallpox en inglés).

Este importante tema fue especialmente tratado en la habitual Reunión Anual de la OMS, en el año 2000, en dónde se escuchó la opinión de científicos, funcionarios de salud, militares y asesores de dicha organización. La decisión final, fue mantener los stocks conocidos de virus Viruela hasta el año 2002, en que deberían haber sido destruidos. Pero, existía también otra realidad: las sospechas de que importantes cantidades no declaradas de este "erradicado" virus, pueden obrar en poder de otros países y que pudieran ser usadas como estrategia bélica. Se estima que países como Irán, Irak, Siria, Libia, Corea del Norte y otros, también poseen reservas de este letal virus.

Por si esto no hubiera sido suficiente, se sucedieron los hechos del 11 de septiembre de 2001 y más tarde el ataque con ántrax en Estados Unidos. A partir de estos eventos, la balanza se inclinó decididamente por la conservación de las reservas de virus para el desarrollo de vacunas; en primera instancia para el personal militar y de emergencias, ya que las reservas actuales de vacuna antivariólica, no serían suficientes de producirse una epidemia o un ataque militar o terrorista; y luego para proteger a la población de ataques biológicos masivos.

A pesar de que se han almacenado cantidades importantes de vacuna, se han descubierto problemas de calidad en las mismas; por lo tanto, desde 1997, el Pentágono ha decidido invertir 320 millones de dólares para desarrollar una vacuna que podría estar lista para el 2005; aunque su testeo llevará un tiempo más.

La única cura conocida para esta enfermedad, que tiene un 30% de mortalidad, son la cuarentena y la vacunación masiva.

Dr. Carlos Köhler - Junio de 2005

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